Vamos a activarnos

Escribe: Patricia Montero.

‘‘Tenemos la obligación de romper el silencio, dejar a un lado la neutralidad y cuestionar. Para eso sirve el periodismo”, ha dicho con certeza el destacado periodista Jorge Ramos en el Festival Gabo donde fue reconocido por su trayectoria. La reciente edición de este encuentro latinoamericano de periodistas ha tratado un tema fundamental: la reformulación de nuestro papel en la sociedad para dejar de lado “esos preceptos de lo que se supone debe ser un reportero respetable”. Para Ramos y otros periodistas, las amenazas a la democracia, derechos humanos, la corrupción, la violencia, la desigualdad, la discriminación, el abuso de poder y las mentiras públicas son moneda corriente en nuestros países y nos obligan a convertirnos en activistas sin que ello implique perder credibilidad.

La periodista mexicana Marcela Ospina López relató cómo en México, donde han sido asesinados 109 periodistas en los últimos años, la prensa ha asumido la defensa activa –con los riesgos que implica– de la libertad de expresión ante el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción. La violencia de género, que golpea a toda Latinoamérica y se refleja en los altos índices de feminicidios, es otra lucha que ha convertido a periodistas en activistas, como Jineth Bedoya, subdirectora de El Tiempo de Colombia.

Ella fue secuestrada y violada hace 16 años por investigar desapariciones en la principal cárcel de Bogotá. Bedoya exige ahora de sus colegas sensibilidad y conocimiento en el tratamiento de casos similares. “Los crímenes pasionales no existen, a las mujeres no nos matan por amor”, ha dicho, cuestionando el enfoque que erróneamente le damos a estos crímenes, así como la poca presencia de mujeres al mando de las redacciones porque esa desigualdad se nota en los contenidos.

La situación en Venezuela que sufre el cierre de medios y la persecución de periodistas opuestos a la dictadura chavista exige también una prensa activa en defensa de las libertades. Desobedezcamos, como dice Ramos, al poder, al autoritarismo, las imposiciones y el statu quo.