sábado, 26 de junio de 2021

Con la OEA, ya ganamos la pelea

 

La OEA no fue la única. También la Unión Europea se pronunció en sentido similar. Y, ayer, los presidentes regionales aclamaron a Pedro Castillo.

 Con OEA o sin OEA ya ganamos la pelea…”, cantaba Carlos Puebla en respuesta a la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), acordada servilmente por sus miembros, con excepción de México, el 31 de enero de 1962. Era época de ajuste automático del organismo interamericano a los intereses económicos y a la política intervencionista de EE.UU. Hoy, con la sucesión de gobiernos de izquierda en distintos países de América Latina, los tiempos han cambiado.

Así se hizo sentir anteayer en la sede de Washington de la entidad, cuando el secretario general Luis Almagro le dio con la puerta en las narices al embajador peruano Hugo de Zela, convertido en emisario de Keiko Fujimori para pedir auditoría electoral a la segunda vuelta electoral.

Aun así, tres tristes tigres, Jorge del Castillo, Gladys Echaiz y Daniel Córdova, insistieron en hacer un papelón en Lima pidiendo auditoría en nombre de partidos que no sumaban en votos ni el 10% de la población.

La respuesta vino rápido y directa. La misión electoral del organismo, que acompañó al proceso, respaldó al JNE, descartó el supuesto fraude y llamó a los medios a decir la verdad.

La OEA no fue la única. También la Unión Europea se pronunció en sentido similar. Y, ayer, los presidentes regionales aclamaron a Pedro Castillo.

Además, los audios de Vladimiro acabaron espantando a muchos de quienes honestamente habían creído en el cambio de actitud ofrecido por la candidata, lo que el exasesor desmentía contundentemente.

Por ello, en la noche de ayer en Paseo Colón ya no se cantaba la letra de Carlos Puebla, sino “Con OEA y con OEA, ya ganamos la pelea”.

Editorial del  periódico  "Diario Uno" del hoy 26/06_2021.

jueves, 10 de junio de 2021

Democracia bajo ataque

 



 ESCRIBE:  JERÓNIMO CENTURION

No es solo polarización y piconería. Los supuestos defensores de la democracia, aquellos que usaron los colores del Perú en su campaña, hoy protagonizan no sólo un acto bochornoso a escala mundial, sino que ponen en riesgo aquello que juraban defender.

¿Debemos explicarles que las reglas se respetan? ¿Qué democracia significa gobierno del pueblo?

Tal vez decirles que, en todo el mundo, desde hace siglos, la población se expresa a través de votos. Sea alzando la mano o colocando papeles en un ánfora y que los resultados se acatan.

Más fácil. Como en un partido de fútbol, existen reglas. Y, antes de comenzar a jugar, ambos estuvieron de acuerdo no solo con ellas, sino también con los árbitros (JNE y ONPE). No sólo eso. Contarles que la ONPE tiene mecanismos de transparencia, como una suerte de VAR y que los resultados se ven en línea.

¿Cómo interpretamos que una candidata con la enorme experiencia de Keiko, respaldada por los mejores abogados del Perú “confunda” la normal existencia de actas observadas y votos impugnados con un fraude?

¿Quién les cuenta, porque dicen no saberlo, que el Jurado Nacional de Elecciones acreditó a 150 observadores internacionales, provenientes de 22 países además de la OEA y que para todos ellos las elecciones del 6 de junio se han realizado con normalidad? Nadie se atrevió a decir fraude.

Cómo contarles que sí ocurrieron irregularidades, pero en perjuicio del candidato de Perú Libre. El tribunal de ética del Consejo de la Prensa Peruana expresó su rechazo por la falta de objetividad periodística durante la segunda vuelta. Parcialidad que terminó con la desarticulación de un programa como Cuarto Poder.

Lo que Fujimori está provocando es sumamente peligroso y linda con lo criminal. Podemos comprender que su desesperación por perder una segunda vuelta por tercera vez consecutiva además de los procesos judiciales pendientes la afecten y la lleven a expresarse de manera tan irresponsable.

 

Lo que es absolutamente injustificable, delirante, despreciable y condenable es que quienes la rodean y algunos de quienes votaron por ella avalen este acto en el que la vida de muchas personas está en juego. Tanto fujimoristas como seguidores de Castillo están crispados y atentos esperando el resultado final. Decir fraude es poco menos que prender fuego en un cuarto de pólvora. Nos corresponde pedir calma en nombre del Perú y la tan mentada democracia.

“Tiene 70 mil votos menos, pero quiere que la proclamen presidenta”

 


Ayer en una trasmisión especial de Canal N, que ni siquiera han concedido al presidente Francisco Sagasti, la candidata derrotada Keiko Fujimori acompañada de su fiel adjunto Miki Torres y del abogado Julio César Castiglioni, desarrollaron la tesis de que el JNE tenía que revisar 802 actas de la segunda vuelta electoral, que supuestamente sumarían unos 200,000 votos (en realidad no más 150,000), a fin de «respetar la voluntad ciudadana». En realidad, lo que quiere es validar actas viciadas, a fin de que la sumatoria final la favorezca. La lógica es, perdí en la cancha pero puedo ganar en la mesa o por debajo de ella.

Los argumentos de Torres y Castiglioni fueron tres. Hay actas en las que no concuerdan los nombres con las firmas de los miembros de mesa. Hay actas en las que Fuerza Popular obtiene cero votos. Hay actas en las que actuaron como miembros de mesa familiares. Argumentos que han sido absolutamente desvirtuados por abogados como el exprocurador Julio Arbizú o el especialista electoral William Contreras, que consideran este recurso como una simple medida dilatoria para no re reconocer su derrota y seguir recabando aportes económicos, a pesar de que ya culminó la campaña electoral.

TRES TRISTES CUENTOS

Los especialistas mencionados afirman que el supuesto cambio de nombres es, en realidad, un cuento. En las actas mostradas, como en muchas otras los nombres de los miembros de mesa no coinciden con las firmas porque simplemente los titulares no aparecieron y tuvieron que ser reemplazados por los suplentes o por voluntarios de buena voluntad que se ofrecieron a ejercer el cargo. Obviamente, los reemplazantes no podían firmar con los nombres de los faltantes y, gracias a ello, resulta fácil enseñar dos firmas que difieren.

El segundo argumento ya no es un cuento sino un desafío al sentido común. Torres y Castiglioni pretenden desconocer todas las actas donde Fuerza Popular no obtuvo ningún voto. En otras palabras, prohibir el rechazo popular en las urnas a la lideresa fujimorista. Sus argumentos son de estudiante desaprovechado de primer año de derecho: no es congruente estadísticamente con la votación de la primera vuelta, donde en esa mesa hubo votos por otros partidos afines al enfoque de Fuerza Popular. Es decir, los abogados suscribientes pretenden que los partidarios de De Soto, López Aliaga o el APRA se equivocaron, que debieron votar por Keiko y, como no lo hicieron así, hay que anular esas actas. Argumento descabellado lógica y legalmente.

En esta oblicua línea de pensamiento, el JNE tendría que sacar una directiva que diga «por si acaso, en todas las mesas debe de haber aunque sea un voto a favor de la señora Keiko». No importa si esas mesas son de los pueblos en que se realizaron esterilizaciones forzadas, si son las víctimas del «arequipazo» de 2004 que acabó con la masacre de dos jóvenes o si son los comuneros de Conga, a quienes Yanacocha les quiere quitar su laguna. Así detesten al fujimorismo todas las mesas, para merecer que su acta se valide, deben de tener por lo menos un voto por el fujimorismo. He dicho.

El tercer documento es un insulto a las pequeñas localidades del interior del Perú, en las que priman las relaciones de parentesco y los matrimonios son endogámicos (entre la misma familia). Basta leer, los apellidos de los alumnos de colegio para comprobar que se repiten los apellidos, sin que por ello sean hermanos. Del mismo modo que en el anterior caso, Torres y Castiglioni exigen que los ciudadanos se apelliden distinto y no haya homonimia que valga.

QUIEREN VIOLAR LA LEY DE ELECCIONES

Los especialistas afirman que las tres pretensiones de los fujimoristas atentan contra la Ley Orgánica de Elecciones que a la letra dice en su artículo 284° «El escrutinio realizado en las Mesas de Sufragio es irrevisable. Los Jurados Electorales Especiales se pronunciarán sólo sobre las apelaciones que se hubiesen interpuesto contra las resoluciones de la Mesa respecto de las impugnaciones a que se refieren los Artículos 268º y 282º de la presente ley y sobre los errores materiales en que se pudiese haber incurrido en las operaciones aritméticas del escrutinio».

Como ninguno de los argumentos pseudo legales encaja en este artículo, han presentado una figura de nulidad, que el JNE de seguro va a rechazar porque de lo contrario violentaría el principio de irrevocabilidad, que ha sido fundamental para el sistema electoral peruano.

(Publicación tomada del DIARIO UNO, el 10 de junio del 2021).

 

jueves, 3 de junio de 2021

Querrán matarlo y no podrán matarlo

 




Mientras el profesor Pedro Castillo -de Perú Libre- es recibido con cariño y esperanza por el pueblo peruano, Keiko Fujimori es rechazada por corrupta en calles, plazas y avenidas del país. Sin embargo los grandes medios de comunicación y las encuestadoras comprados con el dinero sucio de la corrupción dan como ganadora a la hija del dictador Alberto Fujimori quien paga prisión por corrupto y  crímenes de lesa humanidad.



Escribe: Luis Eloy Plasencia Torres. Director del periódico Perú Siglo XXI

Desde insultos callejeros por pronunciarse en contra de la delincuencia común y la corrupción de funcionarios del Estado, hasta la incitación al asesinato del candidato Pedro Castillo por ofrecer cambios políticos y económicos mediante una nueva Constitución Política.

Desde   calumnias propaladas en los grandes medios de comunicación, hasta discursos groseros, demagogos y manipuladores a favor de Keiko Fujimori expresados por el premio nobel Mario Vargas Llosa y por el venezolano Leopoldo López, ambos mercenarios del neoliberalismo.

Desde memes creados por el ocio y la oscuridad mental para humillar públicamente al candidato de Perú Libre, hasta carteles luminosos instalados en lugares estratégicos de Lima Metropolitana para vincularlo con el chavismo y evitar que los peruanos votemos por él.

Desde la estigmatización por ser serrano, hasta vincularlo con un crimen masivo reciente en el VRAE con el fin de destruirlo políticamente.

Desde la compra de algunos futbolistas de la selección nacional para que apoyen a Keiko Fujimori, hasta el empleo de una piedra cualquiera para acusar de violento y peligroso a su contendor.

En fin, podríamos llenar centenares de páginas para describir las mentiras y artimañas a las que recurre la Señora K y los aliados del neoliberalismo para dañar la imagen y derrotar al profesor Pedro Castillo Terrones, en estas elecciones presidenciales.

Los representantes y beneficiarios del sistema neoliberal -injusto, corrupto y decadente- están muy asustados. Por ello recurren a todo para defenderlo, pues se han acostumbrado a vivir bien a costa de los recursos naturales del Perú y de la coima, sin importarles el futuro de nuestra Patria.

Por ello, esa guerra sucia electoral no solamente es contra Pedro Castillo sino también en contra de la voluntad popular que levanta triunfalmente la bandera de Perú Libre.

Felizmente el Pueblo Peruano ha despertado y ya no se deja engañar. Se ha volcado por calles, plazas y avenidas del país donde repudia a la candidata de la corrupción y apoya la candidatura de Pedro Castillo.

En consecuencia, el triunfo de Castillo está cantado. Aunque también se sospecha de un fraude electoral que pretendería imponer a la Señora K como mandataria de la nación. Así se colige por la campaña desigual, embustera y criminal de la derecha rancia peruana que se aferra con uñas y dientes al trasnochado neoliberalismo.

En este contexto e identificando a Pedro Castillo con el sentir y la voz del pueblo, calza perfectamente el poema Canto Coral a Túpac Amaru del laureado poeta peruano Alejandro Romualdo. He aquí parte de su contenido: “Querrán descuartizarlo, triturarlo/mancharlo, pisotearlo, desalmarlo. /Querrán volarlo y no podrán volarlo. Querrán romperlo y no podrán romperlo. /Querrán matarlo y no podrán matarlo.

Al tercer día de los sufrimientos

cuando se crea todo consumado,

gritando ¡LIBERTAD! sobre la tierra,

ha de volver. ¡Y no podrán matarlo!