domingo, 26 de julio de 2015

Una tecnología de más de 1500 años ayuda a combatir la sequía en el Perú







Estamos tan acostumbrados a lo novedoso e innovador que no miramos al pasado y la inteligencia natural donde se esconden muchas de las soluciones a los problemas de la actualidad.
Lima atraviesa una problemática sequía que amenaza con endurecer aún más las restricciones al consumo de agua. Los técnicos de la capital de Perú han encontrado una solución inesperada para mantener el suministro de agua: recuperar las amunas, una técnica de irrigación anterior incluso a los Incas.
El problema de Lima es el mismo que el de muchas otras ciudades ubicadas en zonas muy secas. En este caso, y a pesar de una elevada humedad ambiental, la ciudad tiene un microclima con muy pocas precipitaciones al año. La época seca suele durar en torno a siete meses. Tras un año especialmente poco generoso en lluvias, los habitantes de la capital peruana enfrentan restricciones para alargar al máximo las reservas existentes.
Una de las soluciones que se barajaba era construir una nueva planta desalinizadora para extraer agua potable del mar, pero se trata de un proyecto caro y cuya construcción llevaría demasiado tiempo. En su lugar, técnicos de la compañía de agua Sedapal han decidido invertir en conservar los antiguos Amunas construidos por la cultura Wari, que desarrolló todo un imperio anterior a los Incas entre el 550 y el 900 después de Cristo.
Hoy puede parecernos simple, pero los Amunas eran una tecnología muy avanzada para la época. Se trata de canales que forman parte de un complejo sistema de irrigación que recorría lugares específicos de la cordillera de los andes recogiendo agua de lluvia. En lugar de almacenar esta agua en depósitos, los Wari hicieron confluir estos canales hacia las zonas donde están los acuíferos subterráneos que dan origen a los ríos de esta parte del mundo. El agua se vertía en esas zonas y se filtraba en el suelo, alimentando el acuífero de manera natural e incrementando la reserva del río durante la estación seca.
De momento, los investigadores están estudiando los amunas para saber exactamente donde va a parar el agua que vierten. La idea es invertir 23 millones de dólares en recuperar cincuenta de estas antiguas canalizaciones de casi 1.500 años.
Según las estimaciones, recuperar los amunas permitirá incrementar las reservas de agua de Lima en un 60%. Un reciente estudio publicado en el Quinto Foro Mundial de los Bosques, celebrado en octubre del año pasado en Pekín, también sugiere que la medida podría ayudar a evitar las ocasionales inundaciones que se producen durante la época de lluvias. Los Wari parecían saber muy bien lo que se hacían con estos canales aparentemente primitivos, pero muy ingeniosos.
(Tomado de Diarioecología.com)

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