domingo, 3 de septiembre de 2017

Del transfuguismo a la mordaza



El fujimorismo de Keiko es capaz de todo para tener amarrados a los miembros de su bancada.

Escribe: Ernesto Toledo Brückmann.
Los congresistas tránsfugas durante el gobierno de Alberto Fujimori generaron todo un escándalo, al permitirle tener mayoría parlamentaria durante su tercer gobierno. Diecisiete años después, el pasarse de una bancada a otra resulta tan común pero no menos cuestionado. Sin embargo, el fujimorismo en el actual Congreso impulsó la mal llamada Ley antitransfuguismo con el fin de salvar a su bancada de un éxodo masivo que le podría quitar su condición de mayoría.
¿PROPÓSITO DE ENMIEDA?
Curiosamente una de las primeras normas promovida por el fujimorismo, apenas iniciado el periodo legislativo 2016- 2021, “coincidía” con su primera baja parlamentaria, por lo que la suspicacia hizo que más de uno asumiera la propuesta con nombre y apellido: Yeni Vilcatoma.
Como se sabe, en octubre del año pasado, el pleno del Congreso aprobó con 70 votos a favor y 38 en contra la llamada ley contra el transfuguismo, la misma que prohíbe a los parlamentarios que renuncian o que hayan sido separados o expulsados de sus bancadas originales, el integrarse a otra. Tampoco pueden ser integrantes de la Mesa Directiva del Congreso o de una comisión dictaminadora. Las modificaciones planteadas son a los artículos 22, 37 y 76 de la normativa legislativa y dictan que los congresistas no podrán formar un nuevo grupo o bancada, ni tampoco podrán adherirse a otros. La única razón por la que los legisladores sin bancada puedan formar una es cuando se disuelva su grupo parlamentario.
Las disidencias por razones ideológicas o éticas no están contempladas en la ley aprobada; si una bancada no siguiera las líneas ideológicas por las cuales fue electa y eso motivara la renuncia de alguno de sus parlamentarios, este se vería afectado por las restricciones que impone la norma. Por todo ello, lo mismo da pasarse de una bancada de izquierda a derecha o viceversa.

Pese a que el fujimorismo tiene mayoría en el Congreso necesitó del apoyo de congresistas de otras bancadas, como los oficialistas Mercedes Aráoz, Carlos Bruce, Gino Costa, Alberto de Belaunde y Pedro Olaechea, y de los apristas Mauricio Mulder y Elías Rodríguez.
Se trata de la primera vez que se aprueba una propuesta contra el transfuguismo. El dictamen final fue respaldado con los votos de FP, además de Alberto de Belaunde de Peruanos por el Kambio (PPK), Marisol Espinoza de Alianza para el Progreso (APP) y Javier Velásquez Quesquén del Partido Aprista Peruano (PAP). En contra estuvieron los legisladores del Frente Amplio (FA) y de Acción Popular (AP), mientras que el oficialista Vicente Zeballos se abstuvo.
FUJI Y LOS TRANSFUGAS
En el año 2000, el presidente Alberto Fujimori fue reelecto para un tercer periodo por el partido Perú 2000, pero no pudo obtener la mayoría parlamentaria. Por el fracaso parlamentario, su asesor Vladimiro Montesinos sobornó a congresistas de la oposición para pasarse a las filas de Perú 2000. Esto traería la caída del Gobierno de Fujimori.
Perú 2000 obtuvo 52 congresistas, pero 19 fueron tránsfugas que se alinearon con el fujimorismo durante las elecciones generales del 2000, para cuidar la bancada puso a Óscar López Meneses como asesor de toda la bancada fujimorista.
Ocho fueron de Perú Posible (PP), cinco de Solidaridad Nacional (SN), 2 del Frente Popular Agrícola del Perú (FREPAP) y una aprista: Ruby Rodríguez. Todos lo hicieron a cambio de dinero y otras prebendas.
KEIKO CASTIGA A CONGRESISTAS
Más de uno pensaría ingenuamente que la mayoría parlamentaria no querría repetir los errores del pasado y por ello, pretende sancionar algo por lo que la historia los condenará. Sin embargo, Keiko sabe que FP no está libre del éxodo masivo, y es que si en el 2016 la bancada contaba con 73 congresistas, la salida de Yeni Vilcatoma y la renuncia de Patricia Donayre, pone en duda la estabilidad del fujimorismo en el Parlamento.
“Mis convicciones democráticas y los principios que orientan mi vida personal me conducen a tomar la decisión de renunciar al grupo parlamentario de Fuerza Popular, grupo que, al parecer, no comparte estos ideales y recobro mi independencia política”, afirma Donayre en su carta de renuncia.

Mientras tanto, en setiembre del año pasado Vilcatoma se apartó del bloque naranja al ser sometida a un “proceso disciplinario”, luego de que denunciara a su colega Héctor Becerril por supuestas “amenazas” e “interferencia” con su labor al frente de la Comisión de Fiscalización.
“Yo me he retirado despidiéndome de Keiko Fujimori, a quien le agradecí el apoyo y confianza. Le hice saber que hice todo para ayudarla a lograr este gran sueño de cambiar el Perú. Yo me retiro del partido porque de ninguna manera me voy a someter a un proceso administrativo injusto. Me voy con un dolor muy grande, de querer haber aportado más”, indicó Vilcatoma en aquel momento.
El temor a la crisis parlamentaria radicaría en que Donayre, Vilcatoma y la mitad de congresistas de FP no militan formalmente en el fujimorismo y postularon a una curul en calidad de invitados en la lista parlamentaria. Las salidas de las dos congresistas representan un fuerte golpe al bloque naranja y reflejan el descontento de un sector con la actuación de esta bancada, en especial de la dirigencia.
La preocupación de Keiko se fundamentaría en las declaraciones de Vilcatoma respecto a que varios congresistas de FP le dieron a conocer su preocupación por la norma que castiga a los tránsfugas. “Se han acercado, pero lamentablemente no pueden levantar su voz de protesta”, declaró sorprendiendo a los periodistas que la entrevistaban.
“(En Fuerza Popular) no se escucha a las minorías (…) Lamentablemente hay algún tipo de interés reducido a un grupo que busca que sus congresistas no se vayan cuando deberían incentivar a sus integrantes y recibir sus aportes (…) Yo seguiré en mi lucha contra la corrupción. No soy una paria”, agregó la exfujimorista.
TRÁNSFUGAS Y TRÁNSFUGAS
La mala imagen del tránsfuga en el Perú se genera al asociarlo con la traición al elector que votó por un candidato y por una agrupación política, tal como ocurrió durante el fujimorismo. La propuesta FP no distingue los diferentes motivos que permiten a un congresista convertirse en tránsfuga. El fujimorismo pretende meter a todos los disidentes en un mismo saco, transformando a “padres de la patria” en parias, sin posibilidad de unirse a otra bancada, votar en comisiones, o integrar la Mesa Directiva del Congreso.
Para el periodista Augusto Álvarez Rodrich ello representa un abuso ya que “no todos los tránsfugas son iguales”. A su entender, “Hay los que se vendieron por dinero en la oficina de Vladimiro Montesinos, pero también hay los que prefieren abandonar una bancada por razones éticas o ideológicas debido a que los partidos con los que llegaron al congreso toman decisiones que violan la plataforma con la que se postuló, u optan por la inmoralidad en sus decisiones”.
Hablar mal del transfuguismo resultó en los últimos meses del gobierno de Fujimori algo políticamente correcto, pero hay quienes sostienen que la decisión de cambiarse de una bancada a otra sería el único camino para quienes tienen la legítima aspiración de hacer política en un contexto de partidos débiles que no merecería llamarse así, al no pasar de ser un conjunto de personajes que se junta poco antes de la elección para tratar de llegar al poder.
Ya no puede comprar parlamentarios, pero con su mayoría congresal les impide cambiar de bancada.
Ya no puede comprar parlamentarios, pero con su mayoría congresal les impide cambiar de bancada.
KEIKO VS TC
Pero las intenciones de Keiko chocan con el dictamen del Tribunal Constitucional (TC), quien la semana pasada admitió la demanda de inconstitucionalidad presentada por un grupo de parlamentarios en contra de la modificación al reglamento interno del Congreso que les impide conformar nuevos grupos parlamentarios.
Uno de los congresistas que presentó la demanda fue Alberto Quintanilla, del bloque Nuevo Perú, quien consideró que el transfuguismo debe ser sancionado cuando el fin sea ilícito y no cuando existan discrepancias ideológicas.
“Los cambios en la norma atentan contra su derecho constitucional de elegir y ser elegido, convirtiendo a un parlamentario injustamente en un paria”, comentó.
Diversos parlamentarios de AP, FA, PPK y APP también se sumaron a la acción de inconstitucionalidad. Del mismo modo, pretenden derogar la norma.
RECHAZANDO LA LEY
El interés del fujimorismo por la ley antitránsfuga respondería a evitar el éxodo masivo que le quite mayoría en el Legislativo; de esa manera lo entiende el congresista acciopopulista Yonhy Lescano, quien sostiene que el verdadero objetivo de esta norma era que los miembros de la bancada fujimorista no abandonen el color naranja.

A su entender, todo pasaría por plantear el verdadero significado de “transfuguismo”; sobre esto, señala: “El transfuguismo es cuando un parlamentario se pasa de un partido a otro por razones subalternas, por algún beneficio. Pero si yo veo que hay corrupción en mi partido, la denuncio y me salgo. Ahí no soy un tránsfuga. Si veo que no se cumple con el plan de gobierno y que el partido va en contra de mis principios políticos, entonces no soy un tránsfuga”.
Por su parte, su colega de bancada Edmundo Del Águila, consideró que la ley defendida por el fujimorismo vulnera todos los derechos constitucionales que tienen los parlamentarios. Sostuvo que la norma deja prácticamente aislados a los legisladores que son sometidos a ella.
“Es una ley descabellada que corta todos los derechos que pueda tener un legislador; desde el punto de vista legal inclusive hasta el propio desempeño en un espacio como es el Legislativo. Le quita todo, absolutamente todos los derechos. Lo deja prácticamente como un aislado”, señaló.
Del Águila aseguró que esta ley tiene como único objetivo evitar que los congresistas de Fuerza Popular abandonen su bancada. “Este tema (la ley antitránsfuga) lo único que hace es encauzar o tratar de cercar a todo este gran grupo (FP) para que puedan actuar según ellos de forma uniforme (…) Es una bancada que no hay que esperar mucho para ver el tema de la división. Yo creo que hoy en día ya se percibe, hay esa sensación dentro de los pasillos del Congreso (…) indudablemente es una bancada que no funciona en base a un consolidado de ideología ni de prácticas, sino que funciona en base a una expectativa electoral”, agregó.
En tanto, la vocera del FA, Marisa Glave, afirmó que la mencionada norma no combate el transfuguismo y recordó que en el texto final de la ley se precisa que el objetivo es solamente “desincentivar la fragmentación de los grupos parlamentarios”. Tanto Lescano como Glave consideraron que no se ha tocado el tema de fondo, ya que se debió analizar la tipificación penal del transfuguismo y determinar cuáles serán los motivos para considerar tránsfuga a un congresista.
Por su parte, Ricardo Narváez, vocero de Alianza para el Progreso, manifestó que la ley –de origen fujimorista– “coacta la libertad del congresista y se obliga a que los parlamentarios se mantengan a la mala en un grupo legislativo”.

El proyecto de ley contra el transfuguismo también ha dividido al propio fujimorismo; mientras unos la defienden para evitar que se produzcan actos desleales, otros la cuestionan al considerarla como una medida de coerción.
“Nadie puede ser sometido a reglas de miedo. Este es un acto desesperado que va a generar una mala imagen para el Congreso y el país”, aseveró David Calizaya, dirigente de FP de Tacna.

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