Keiko Fujimori, principal lideresa de la oposición en Perú, quedó -desde el 01.11.2018- recluida en el anexo de
mujeres de la prisión Santa Mónica, en el distrito limeño de Chorrillos, donde
ya estuvo encarcelada por nueve meses Nadine Heredia, la esposa del
expresidente Ollanta Humala.
Bajo un fuerte operativo de seguridad, Fujimori fue trasladada desde el
calabozo del Palacio de Justicia, donde pasó la noche anterior, hasta la cárcel.
En el anexo de mujeres de la cárcel de Chorrillos hay alrededor de 300
presas, entre ellas una veintena por delitos de terrorismo en el marco del
conflicto armado interno acontecido en el país entre 1980 y 2000.
Esta prisión suma un nuevo elemento común en las vidas de Fujimori y
Heredia, enemigas políticas que nacieron ambas el 25 de mayo, de 1975 y 1976,
respectivamente, y que ejercieron de primera dama de la nación.
La presidenta del partido Fuerza Popular deberá cumplir los 3 años de
prisión preventiva que, el 31 de
octubre, le impuso el juez Richard Concepción Carhuancho por presuntamente
haber ordenado a la cúpula de su partido lavar grandes cantidades de dinero
para financiar su campaña para las elecciones presidenciales de 2011, que
perdió ante Humala.
En este lote podría estar el millón de dólares que la constructora
brasileña Odebrecht afirmó haber entregado a la campaña de Fujimori.
Por su parte, Heredia pasó nueve meses en prisión preventiva entre julio
de 2017 y mayo de 2018 por un caso similar, en el que su marido y ella están
investigados por presunto lavado de activos al supuestamente haber recibido
tres millones de dólares de Odebrecht para la campaña electoral de 2011.
A Humala y Heredia les habían impuesto inicialmente una prisión
preventiva por 18 meses, pero fueron liberados gracias a una sentencia del
Tribunal Constitucional que consideró esa medida como excesiva.
Tanto la prisión preventiva para Fujimori como para Humala y Heredia
fueron impuestas por el mismo juez, titular del Primer Juzgado de Investigación
Preparatoria de la Sala Penal Nacional.