Escribe: César Lévano (*)
La
Comisión Permanente del Congreso, el 03 de julio, removió del cargo de
Contralor a Edgar Alarcón. Solo un voto discrepante hubo en la Comisión: el del
fujimorista Bienvenido Ramírez. Abstención significativa.
La
decisión sobre el Contralor se basó en el informe del grupo parlamentario
presidido por Marco Arana, que estableció con pruebas las faltas graves
cometidas por Alarcón: coacción al auditor Walter Grados, quien lo denunció por
la compraventa irregular y rentable de autos de lujo, el pago exorbitante de
beneficios a la extesorera de la Contraloría Marcela Mejía; compra de dos autos
por un valor de 80 mil dólares a Carlos Capcha, proveedor de servicios para la
Contraloría; incumplimiento de su deber de presentar declaraciones juradas de
bienes y rentas.
Con
esas pesadas y probadas culpas era imposible que el fujimorismo lo defendiera;
pero ha escogido la táctica de disminuir los daños por esa pérdida. La maniobra
se transparenta en el empleo abusivo de unos audios de diálogos de Alarcón con
el premier Fernando Zavala y dos exministros del actual régimen.
Esas
conversaciones no contienen nada doloso. Sin embargo, Alarcón o alguno de sus
funcionarios los han difundido y el fujimorato los emplea para profundizar la
crisis política. Es lo que en el arte militar se llama una maniobra de
diversión. Provocar un choque menor para distraer al enemigo.
Esa
coincidencia refleja una alianza subterránea. Igual sentido tiene que varios
legisladores fujimoristas se opusieran a que el informe de la Comisión Arana
sea enviado a la Fiscalía de la Nación, como había propuesto Arana. Esta
actitud se exhibió asimismo en la actitud de Luz Salgado, quien señaló que el
documento puede ser enviado a título personal por Arana. Eso priva de peso
institucional a la investigación y favorece maniobras ulteriores de Alarcón y
aliados.
El
excontralor ha dicho, de antemano, que si lo privaban del cargo, volvería a su
anterior puesto de gerente de la Contraloría.
Alarcón
ha expresado asimismo que durante cinco semanas ha sido cortina de humo para
ocultar obras mal hechas, soldados muertos en las playas y la paralización de
la economía. Debiera agregar que durante años fue cortina de hierro para
esconder los múltiples escándalos de Odebrecht. No hay peor Contralor que el
que no quiere ver.
(*) Director del Diario Uno y catedrático de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos.
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