Escribe: Luis Eloy Plasencia Torres
La
fuerza tremenda de la naturaleza desnudó, una vez más, la ineptitud y la corrupción
de las autoridades que gobiernan el Perú, salvo honrosas excepciones. Así lo
demuestra la falta de previsión ante el fenómeno de El Niño Costero que fue
anunciado por especialistas, y la incapacidad de los gobiernos regionales y de
las municipalidades para invertir el presupuesto que les asignó el Gobierno
Central con la finalidad de construir obras de prevención para enfrentar el
fenómeno de El Niño.
Todos
los gobiernos regionales tienen asignada una partida para prevenir desastres
naturales y ninguno utilizó más que el 22% de éste.
En
el 2016, por ejemplo, el sector Salud dejó sin ejecutar todo su presupuesto
para estas intervenciones, de S/130 millones. Y en la porción que correspondió
a gobiernos regionales y municipalidades se hallan también casos de mínima
ejecución.
Como
consecuencia de ello, los resultados del castigo de El Niño están allí riéndose
de nuestro llanto y lamentaciones ante la desgracia que nos endilgan la
corrupción y la ineptitud de nuestras
autoridades, o los fenómenos naturales que, de tiempo en tiempo, arrasan con lo
poco que podemos obtener tras muchos años de trabajo.
En
esta ocasión el Niño Costero -que es más
pequeño que el fenómeno de
El
Niño y solamente afecta a la costa de Perú y Ecuador- fue muy perverso y
destructivo. El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) del Perú
indicó que las lluvias, huaicos e inundaciones producto de este fenómeno
natural han dejado -desde enero hasta el 19 de marzo- 75 fallecidos, 100 mil
169 damnificados, 627 mil 048 afectados y más de 10 mil 600 viviendas
colapsadas.
Por
otro lado, más de 1,000 instituciones educativas y 380 establecimientos de
salud han sido afectados. Además, 847 kilómetros de caminos rurales y 1,909
kilómetros de carreteras han quedado destruidos según el último reporte de
evaluación de daño del COEN. Con relación a la agricultura, son más de 600
kilómetros de canales de riego destruidos y
8,600 hectáreas de campos de cultivos perdidas.
Las
cifras presentadas reúnen el total del impacto de El Niño Costero en 24
regiones del país.
REACCIÓN ACEPTABLE
El
gobierno que preside el economista Pedro Pablo Kuczynski -a través del Centro
de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN)- , ha tenido una reacción aceptable
para atender a la población afectada -con alimentos, agua, carpas y atención
médica- y subsanar el aislamiento de varios pueblos y ciudades del interior del
país mediante el mantenimiento y reparación de carreteras y puentes destruidos,
incluso a través de un puente aéreo.
Ello
gracias, en buena parte, a que el gobierno del ex presidente Ollanta Humala
ejecutó alrededor del 80% del presupuesto de prevención que sumó
S/3,097 millones entre el 2015 y el 2016, de los que se ejecutaron S/2,414
millones, aunque el
pronosticado fenómeno El Niño del verano del 2016 nunca llegó.
RECONSTRUCCIÓN
En
abril, el premier Fernando Zavala ha presentado el “Plan de Reconstrucción con Cambios” que busca realizar un trabajo
organizado y supervisado por la Contraloría General de la República para
garantizar obras bien ejecutadas, sin diezmos ni licitaciones amañadas.
Esperamos
que ese Plan –ya aprobado por el Congreso- sea ejecutado con mucha
responsabilidad y dé los frutos deseados.
Que así sea por el bien y desarrollo del Perú.
Y
ojalá que posteriormente, el gobierno de PPK, elabore un Plan Nacional de Prevención con Cambios para que los ciudadanos
junto a nuestras autoridades afrontemos en forma organizada, con eficiencia y
sin corrupción las contingencias que en el futuro nos lance la furia de la naturaleza.
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