Escribe: Luis Eloy Plasencia Torres (*).
Saqueo,
contaminación y abusos laborales viene cometiendo la empresa de Cementos
Pacasmayo en perjuicio de Tembladera, en cuyos cerros aledaños explota piedra
caliza, desde hace más de 60 años.
La
localidad de Tembladera es capital del distrito de Yonán, pertenece a la
provincia de Contumazá, región Cajamarca. Y sus habitantes son afectados por el
polvo y los ruidos molestos que originan las indicadas actividades mineras.
Sin
embargo, hace algunos años, Cementos Pacasmayo negoció los cerros de caliza con
la Comunidad Campesina de Trinidad a la que -según testimonios de los
comuneros- le pagaron propinas que fueron a parar en bolsillos de unos dirigentes.
Siendo
Cementos Pacasmayo una empresa multimillonaria, obviamente cuenta con
excelentes asesores, entonces, ¿por qué pagó derechos de explotación de la
piedra caliza a dirigentes comuneros cuando el mineral está en territorio del
distrito de Yonán, el cual fue creado por el Gobierno mediante Ley Nº 15046, el 05 de junio de 1964,
promulgada por el presidente de la Republica Fernando Belaunde Terry?
La
respuesta es obvia: Cementos Pacasmayo no quiere asumir su responsabilidad
social con la comunidad tembladerina y prefiere pagar bicocas a usurpadores de
tierras del Estado.
CONTAMINACIÓN
No
se puede tapar el sol con un dedo, tampoco la contaminación con un pasquín.
La empresa Cementos Pacasmayo
-alias San Martín- produce gran cantidad de polvo contaminante y perjudicial
para la salud de miles de pobladores.
Debemos
tener en cuenta que, generalmente, el proceso de la elaboración del cemento es destructivo
del medio ambiente: desde la extracción de la materia prima hasta la combustión
de los hornos. Muchas etapas de su fabricación generan y liberan polvo al
ambiente y los hornos, sin filtros adecuados, expiden humos cargados de
tóxicos.
De
allí que se debe solicitar la intervención del Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental (OEFA) para fiscalizar a la empresa Cementos Pacasmayo
ante la evidente contaminación ambiental por material particulado en perjuicio
de los pobladores de Tembladera, localidad que dista de la cantera a 200
metros, aproximadamente.
Además
-como se planteó en la asamblea popular del 13 de julio del año en curso- se
debe elaborar un estudio de impacto ambiental para verificar que la extracción
de piedra caliza de la localidad de Tembladera está contaminando el medio
ambiente, tal como lo sostienen estudios realizados por destacados
profesionales.
El
polvo que produce la explotación de la piedra caliza está constituido por partículas
que son arrastradas por el viento y caen
en las casas, sembríos y el agua lo que afecta
a miles de pobladores no solamente de Tembladera sino también de Yonán y otros
pueblos aledaños.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) aceptó que la exposición de corto y
largo plazo a dichas partículas calizas (polvo) puede dañar la salud y que la
exposición crónica aumenta la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y
cáncer de pulmón. Detalló que las cementeras son grandes productoras de
partículas: por la emisión rutinaria desde las plantas y los depósitos
secundarios en suelo, en construcciones, en agua, en sedimentos de ríos y lagos
y en organismos vivos (incluidas personas expuestas) a partir de los cuales se
consolidan nuevas rutas de diseminación.
De
otro lado la empresa cementera en mención, hasta la fecha, no ha cumplido con
entregar el PAMA (Programa de Adecuación y Manejo Ambiental) a la Oficina del
Medio Ambiente (OMA) del Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento que
exige el Estado Peruano con el fin eliminar o
mitigar los impactos ambientales negativos que vienen causando sus
actividades extractivas.
De
no ser así, ¿por qué no presentan su informe PAMA a las autoridades locales en
vez de informar, en pasquines, “que Cementos Pacasmayo no produce
contaminación”?
INSENSIBILIDAD SOCIAL
Actualmente
se niega a cumplir su compromiso de aportar 150 mil soles para que la
Municipalidad Distrital de Yonán pueda realizar un peritaje técnico que exige
el Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento a fin de que se pueda
reiniciar la obra de agua potable de la localidad de Tembladera, la cual fue
paralizada en la gestión anterior que dirigió el ex alcalde Franklin Durán
Terrones.
Cementos
Pacasmayo asumió el referido compromiso a principios del presente año, luego de
sostener conversaciones y acuerdos con autoridades de la Municipalidad
Distrital de Yonán. Quedaron que la comuna tembladerina aportaría 30 mil soles
y el resto la empresa en mención.
Sin
embargo, luego de haber transcurrido más de seis meses, negó su compromiso al enterarse de que el alcalde
había convocado a una asamblea popular para tratar sobre el asunto. Entre
gallos y medianoche, mandó repartir un
pasquín, de casa en casa, donde, entre otras cosas, dice que “no es política de
la empresa Cementos Pacasmayo financiar
peritajes…”.
Esa
actitud pícara revela, una vez más, la
tacañería y la falta de sensibilidad social de los representantes de Cementos
Pacasmayo en la localidad de Tembladera.
LA ASAMBLEA
La
asamblea popular -realizada el 13 de julio- fue dirigida por el alcalde César Terán López.
En ella participaron más de 200 pobladores y se conformó un Comité de Lucha en
Defensa de los Derechos de Tembladera que es presidido por el ciudadano Mateo
Medina quien manifestó a Perú Siglo XXI, que están buscando el diálogo con los directivos principales de la empresa Cementos
Pacasmayo con el fin de que ésta cumpla su compromiso de cofinanciar el
peritaje técnico cuyo plazo de entrega, fijado por el Estado, está a punto de
agotarse.
Nuestro
pueblo tiene todo el derecho de contar con agua potable. No es posible y es una
afrenta que, en pleno Siglo XXI, nuestro pueblo con montañas de piedra caliza
carezca de agua potable, mientras que Cementos Pacasmayo se haya convertido en
una empresa multimillonaria a costa de la explotación de dichas montañas sin
dejar beneficios y desarrollo para la población afectada por la contaminación.
ABUSA DE TRABAJADORES
Su
conducta también es agresiva en su trato con los trabajadores.
Como
se recordará, el 1º de junio del 2016, hubo un despido arbitrario de 70
pobladores tembladerinos que laboraban para Cementos Pacasmayo durante muchos
años quienes, en el año 2014, habían sido traspasados a Calizas del Norte,
empresa creada por la propia Cementos Pacasmayo con el fin de eludir el pago de
utilidades y otros derechos laborales.
La
explicación que dio Cementos Pacasmayo fue que la empresa Calizas del Norte había
sido disuelta. Así de simple.
Y
así como crearon y disolvieron a Calizas del Norte, inmediatamente contrataron
a la empresa San Martín que se dedica a la perforación, voladura, remoción,
carguío y acarreo de piedra caliza. Operaciones que lo realizan -como de
costumbre- con tecnología obsoleta causando mayor contaminación del aire, agua
y el medio ambiente.
La
empresa subcontratista San Martín se comprometió emplear a pobladores del
distrito, sin embargo cuenta con varios empleados foráneos a quienes les paga
habitación, alimentación, tienen personal de limpieza, entre otros beneficios
que no reciben los pocos trabajadores de la zona los cuales perciben sueldos
miserables.
TEME PROTESTA POPULAR
Los
abusos de Cementos Pacasmayo nos hacen
pensar que esta empresa se ha enriquecido a costa del saqueo de los recursos
naturales de Tembladera, de la contaminación criminal que generan sus
actividades extractivas, y de la explotación de los trabajadores. Jamás ha
aportado, voluntariamente, un proyecto o una obra importante para mejorar la
calidad de vida de los pobladores. Todo lo que ha soltado -que son nimiedades-
es resultado de luchas corajudas del pueblo tembladerino.
Sin
embargo en otros lugares, como por ejemplo Pacasmayo -ciudad donde se procesa la caliza y dista a
62 kilómetros de Tembladera- sí ha construido obras de envergadura como es el "Mejoramiento del sistema de
captación, tratamiento y conducción de agua potable de Pacasmayo" por S/
10 millones 769 mil 167.76. El proyecto
señalado fue ejecutado en el año 2017 mediante
la modalidad de obras por impuestos.
Aunque,
es preciso señalar que esa valiosa ayuda
no salió del corazón del directorio y propietarios de Cementos Pacasmayo, no.
Fue resultado de luchas del pueblo pacasmayino que junto a sus autoridades
hicieron respetar sus derechos. Evidentemente Cementos Pacasmayo le teme a la
protesta popular.
EMPRESA MILLONARIA
La
empresa Cementos Pacasmayo, es una de las más grandes cementeras del país, se
recuperó en el primer trimestre del 2018 y cerró el ejercicio con una utilidad
neta de S/.29.8 millones, 37.3% más que el mismo ejercicio del año anterior.
El
gerente general de la compañía, Humberto Nadal, señaló en una conferencia que
la utilidad aumentó como resultado de un crecimiento de 12.8% en sus ventas,
que superaron los S/.310 millones.
En
ese mismo año, la producción de cemento en la planta de Pacasmayo alcanzó las 1
millón 155 mil 314 toneladas métricas (superiora las 1 millón 141 mil 292 TM
producidas el año anterior).
Como
podemos ver Cementos Pacasmayo es una empresa millonaria y próspera. Cuenta con plantas productoras no solamente
en Pacasmayo sino también en Rioja (región San Martín) y en la provincia de
Piura.
Entonces,
¿por qué mezquina un diminuto apoyo de carácter urgente para los pobladores de
Tembladera?
EN NOMBRE DE LA PAZ
“No
queremos enfrentamientos. Estamos levantando nuestra voz en un acto de
supervivencia, en defensa y protección de la vida. Deseamos que esa importante
empresa sea nuestra aliada en la lucha contra la pobreza y el desarrollo”, manifestó
el alcalde César Terán en la asamblea popular del 13 de julio.
En
nombre de la paz y el desarrollo social y económico de nuestro distrito,
esperamos que autoridades, pueblo y dirigentes lleguen a un buen acuerdo con
Cementos Pacasmayo, empresa que debería invertir una pequeña parte de su
riqueza en obras de bien común.
De
no ser así, el pueblo tembladerino se verá obligado a exigir sus derechos
adoptando otras medidas y estamos seguros de que saldrá airoso y enriquecerá su
gloriosa historia de lucha por la justicia social.
(*) Director del periódico PERÚ SIGLO XXI.
(*) Director del periódico PERÚ SIGLO XXI.
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