“El Chochito debe dejar la alcaldía y largarse a su
casa” dicen los cajachos muy descontentos, refiriéndose al Crnl. PNP. (r),
Ramiro Bardales Vigo, quien con sus 73 años a cuestas está por concluir su
pésimo gobierno como alcalde de la Municipalidad Provincial de Cajamarca.
No tenemos nada contra él pero si usted, estimado
lector, conoce o viaja a la ciudad de Cajamarca se dará cuenta de la
incapacidad del gobierno de don Ramiro.
La capital de la provincia es bella, pero por la
desidia de sus autoridades municipales está sucia y parece que se ha quedado
atrapada en la época Colonial, donde no se conocía los modernos sistemas de
agua potable y alcantarillado que hoy disponen las ciudades modernas, de tal
suerte que sus calles lucen estrechas,
parchadas o rotas, con canales al descubierto –sin techo- por
donde discurren desagües que despiden malos olores, incluso frente a instituciones
de prestigio y restaurantes, entre ellos la agencia de transportes Días y la
Universidad Nacional de Cajamarca.
El tránsito vehicular congestionado y el comercio
informal causan caos y malestar en el centro histórico de aquella ciudad que,
en 1986, fue declarada por la OEA Patrimonio Histórico y Cultural de las
Américas.
Y para colmo de males, desde hace meses, la
Municipalidad Provincial de Cajamarca tiene serias dificultades para pagar a
sus trabajadores –obreros y empleados- debido a que el número de éstos se ha
incrementado en forma exagerada por motivos políticos.
Y si nos remitimos a la gestión del alcalde Bardales
no encontramos obras de gran envergadura que justifiquen el gasto del elevado
presupuesto municipal.
Según datos estadísticos la Municipalidad Provincial
de Cajamarca tiene un presupuesto anual que bordea los 150 millones de soles.
Sumando, en cuatro años, habría recibido alrededor de 600 millones de soles.
¿Qué hace “El Chochito” con tanto dinero? Nadie lo
sabe, lo que sí sabemos es que encabeza la lista de los alcaldes cajamarquinos
que son investigados porque el Estado ha detectado indicios de corrupción en su
gestión.
Por estas y otras irregularidades el pueblo de
Cajamarca -desde hace rato- está pidiendo a gritos un nuevo alcalde, pero el
“Chochito” dice que está trabajando “por respeto a Cajamarca”.
¿De qué respeto estará hablando el alcalde
septuagenario? Parece que el coronel Bardales no tiene quien le escriba, por
eso le enviamos esta nota y esperamos que esta vez reconozca su incapacidad
para gobernar Cajamarca.
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