Arturo Corcuera fue hijo de Óscar E. Corcuera, poeta, pintor y periodista nacido en la ciudad de Contumazá (Cajamarca). |
El poeta recibiendo el premio especial de poesía "MIHAI EMINESU 2016" en Rumanía. |
- · Arturo Corcuera falleció en la madrugada de hoy, luego de pasar varios días en cuidados intensivos.
Regla
general es que las mañanas sean grises cada vez que muere un poeta; ese día no
fue la excepción: frío y aniego en el aire escoltan al arca de Noé, delirante,
que zarpa en silencio hacia el orbe infinito mientras acodado ve, detenido en
el pretil de la borda, Arturo Corcuera, poeta, para irse quién sabe adónde.
A
los 81 años falleció en la madrugada del 21 de agosto, el poeta y director de
la revista Vuelapluma Arturo Corcuera, autor del entrañable “Noé delirante”,
Premio Nacional de Poesía cuando esta era aún importante en Perú, y conspicuo
ganador del prestigioso Casa de las Américas por el libro “A bordo del arca”.
Tras
pasar varios días internado en una unidad de cuidados intensivos, Rosamar
Corcuera, hija del eminente poeta, anunció a través de redes sociales la
luctuosa noticia sobre el deceso de su padre, quien, cabe recordar —siempre,
siempre recordar— fue homenajeado hace menos de un mes con el premio FIL LIMA
Literatura 2017, otorgado por la Cámara Peruana del Libro.
Los
restos mortales del poeta Arturo Corcuera fueron velados en la Casona de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
NICARAGUA DISTINGUIÓ AL POETA
Cabe
destacar que en el mes de abril, del presente año, el gobierno de Nicaragua había
distinguido al celebrado poeta peruano Arturo Corcuera con la Orden de la
Independencia Cultural Rubén Darío, máximo galardón que la nación de Nicaragua
confiere a quienes se distinguen en el ámbito de las ciencias, las artes, la
educación, la investigación, la comunicación y la cultura.
El
acto del acuerdo presidencial fue firmado por el presidente de Nicaragua,
Daniel Ortega Saavedra.
Esta
distinción se otorga con ocasión del sesquicentenario del nacimiento del poeta
Rubén Darío. Corcuera recibió este reconocimiento, según reza el acta, por ser
“una de las voces más notables y trascendentes de la poesía peruana
contemporánea y uno de los escritores hispanoamericanos que enriquecen, con
formas discursivas clásicas y modernas, el género lírico que nos legaran Rubén
Darío y César Vallejo”. Han recibido la Orden de la Independencia Rubén Darío
Julio Cortázar, Óscar Niemeyer, Eduardo Galeano y Oswaldo Guayasamín, entre
otros.
Daniel
Arturo Corcuera Osores (Trujillo, Salaverry, 30 de septiembre de 1935 - Lima,
21 de agosto de 2017) fue un reconocido poeta peruano. Es hermano del también
poeta Marco Antonio Corcuera.
BIOGRAFÍA
Arturo
Corcuera, fue poeta, animador cultural y profesor universitario peruano, nació
en Salaverry (en el departamento norteño y costero de Salaverry) en 1935. Fue hijo
de Óscar E. Corcuera, poeta, pintor y periodista nacido en Contumazá
(Cajamarca) quien tuvo 10 hijos, tres de ellos poetas.
El
vate Arturo, adscrito a las generaciones de los años 50 y 60, es una de las
voces más ricas y sugerentes de la poesía peruana contemporánea, y uno de los
poetas hispanoamericanos más galardonados en todo el mundo.
Sintió
desde niño una temprana inclinación hacia la lectura y el estudio de las
Humanidades, por lo que, ya en su juventud, cursó estudios superiores de
Literatura en la Universidad Mayor de San Marcos (Lima), a la que más tarde
habría de regresar para ejercer la docencia en sus aulas.
Antes,
empero, de emprender su trayectoria profesional como profesor de Literatura, el
joven Arturo Corcuera cruzó el Atlántico para ampliar su formación humanística
en Madrid, donde tuvo la fortuna de seguir un curso de perfeccionamiento que,
bajo el título de "Teoría de la Expresión Poética", impartía en la
Universidad Complutense el poeta, filólogo y crítico literario Carlos Bousoño.
Algunos años después, Bousoño habría de erigirse en uno de los más lúcidos
comentaristas de la poesía de su antiguo alumno.
Amén
de su valiosa producción poética, Arturo Corcuera ha aportado al desarrollo
artístico e intelectual de su país muchos años de esfuerzo en labores de
animación y promoción cultural. Director, durante un prolongado período de
tiempo, de la revista Transparencia -una de las publicaciones culturales de
mayor prestigio y difusión en el ámbito hispanoamericano-, Corcuera ha asumido
otras funciones tan relevantes en este terreno como la de representante del
Perú, en 1972, en la Bienal de Poesía de Knokke (Bélgica); la de miembro del
jurado internacional, en 1974, del certamen literario "Casa de las
Américas", convocado por las autoridades culturales cubanas; y la de
presidente, en 1984, de la sesión de poesía dentro del Congreso Mundial de
Escritores que, bajo el lema de "La Paz, Esperanza del Planeta", tuvo
lugar en la ciudad de Sofía (Bulgaria).
En
su faceta de escritor, Arturo Corcuera hizo gala de una gran precocidad, pues
apenas tenía dieciocho años cuando dio a la imprenta su primer poemario,
titulado Cantoral (Trujillo [Perú], 1953). Esta obra, sumada a la colección de
versos que publicó al cabo de cuatro años -El grito del hombre (Lima, 1957)- le
situaron, cronológicamente, dentro de la órbita de los poetas pertenecientes a
la generación del 50; sin embargo, su trayectoria posterior invita más a
incluirle entre los miembros de la generación de la década siguiente.
En
estos dos poemarios iniciales, Corcuera apuntaba ya algunas de las
características más notables de su voz lírica, como son la alternancia
indiscriminada entre verso libre y formas clásicas de la tradición española, y
la inclinación a transformar en material poético algunos de los aspectos más
prosaicos -al menos, en su primera apariencia- de la realidad social. Es, en
cualquier caso, evidente la huella que, en estas obras primerizas de Corcuera,
habían dejado otros autores peruanos de la generación anterior, como Juan
Gonzalo Rose -gran conocedor de la poesía española contemporánea, y en
particular de las obras de Miguel Hernández y León Felipe- y Alejandro
Romualdo-cuyo célebre poemario Poesía concreta (1954) contagió a Corcuera ese
gusto por la poesía oratoria, apta para el recitado grandilocuente y la
declamación inflamada, que triunfa en El grito del hombre, su segunda entrega
poética.
Sin
embargo, a comienzos de los sesenta el poeta de Salaverry dejó atrás este tono
ampuloso y declamatorio para abordar, en su poemario Sombra del jardín (Lima,
1961), una poesía mucho más íntima y recogida, más atenta a la emoción recatada
de la égloga que a la oratoria ditirámbica de la elegía. Y, dos años después,
Corcuera volvió a sorprender gratamente a la crítica y los lectores con una de
sus obras maestras, Noé delirante (Lima, 1963), un poemario espléndido que
enseguida conoció reediciones en otros muchos países de habla hispana (entre
ellos, la propia España, donde fue objeto del ya apuntado estudio elogioso de
Carlos Bousoño).
En
un nuevo y arriesgado cambio de registros formales y expresivos, Arturo
Corcuera se atrevía ahora a conjugar, en un mismo poemario, el viejo género
didáctico de la fábula (cuya existencia milenaria se pierde en la poesía oral
de los tiempos remotos) con las novedades rupturistas y transgresoras de la
Vanguardia, sin renunciar a una de las principales señas de identidad de su
poesía: la crítica social. Así, juega el poeta aquí con los metros breves y las
formas métricas características de la lírica popular, a veces abusando deliberadamente
de ese aire infantil que parece inherente a la fábula didáctica -pero que
también es representativo de algunas obras de otros dos poetas peruanos de gran
influencia en Corcuera: José María Eguren y Luis Valle Goicoechea-; y, al mismo
tiempo, indaga en innovaciones lúdicas o conceptuales propias de la modernidad
vanguardista, como la greguería, la metáfora cómica o alucinada, etc. He aquí
un buen ejemplo de este peculiar quehacer poético de Corcuera en Noé delirante:
"Reloj despertador, / hijo apócrifo del papagayo. // No anuncia la
madrugada / el tornasol clarinero. // -¿Qué tiene el gallo / que se ha callado?
// -Hay que llevarlo al relojero" ("Fábula y metáfora del
gallo").
Así,
alternando entre el funambulismo fonético, el aprovechamiento de los
procedimientos retóricos de la mejor tradición clásica, la concepción lúdica
del acto creativo y, en cualquier caso, la llamada de atención sobre los
aspectos más desagradables de la coyuntura social, se sucedieron en la
bibliografía de Corcuera otros poemarios tan notables como Primavera triunfante
(Lima, 1963), Territorio libre (Lima, 1965), Las sirenas y las estaciones
(Lima, 1967), Poesía de clase (Lima, 1968), La gran jugada o Crónica deportiva
que trata de Teófilo Cubillos y el Alianza Lima (Lima, 1974), De los duendes y
la Villa de Santa Inés (Lima, 1977), Los amantes (1978) y, entre otros títulos,
Puente de los suspiros (Lima, 1982), Corea Monte de diamante (1984), Prosa de
juglar (1992) y A bordo del arca (2006).
Por
esta espléndida producción, Corcuera ha recibido algunos galardones tan
señalados como el Primer Premio de los Juegos Florales de la Universidad de San
Marcos (1956), el Premio Nacional de Poesía (1963), el Premio "César
Vallejo" (1968), el Premio "Atlántida" de Poesía (2002) -otorgado
por la Comunidad Autónoma de Canarias y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran
Canaria (España)-, el Premio Internacional "Trieste" de Poesía (2003)
y el Premio "Casa de las Américas" (2006), que recayó en su obra A
bordo del arca.
Un
magnífico ejemplo, en fin, del virtuosismo con que Corcuera conjuga en un mismo
poema la tradición clásica (presente aquí en el archimanido tema de la rosa y
en el rigor formal del soneto) con los juegos de palabras (tanto fónicos como
conceptuales) y el distanciamiento humorística propio de la Vanguardia, lo
constituye este espléndido soneto suyo que a continuación se copia:
"Tímida rosa ósea y encarnada / que amo y me ama y junto a mí se posa, /
rosa que me rozó con la mirada, / ¡oh mi amorosa y aromosa rosa, // sumisa y
envolvente llamarada! / Llamándote me enllamas, ardorosa, / y erguida en mi
alma, rosa incorporada, / entre mis brazos, caes temblorosa. // Talle, su
tallo. Y hojas. Y ojos. Sueño / -que con mis manos toco- que me toca. / Buscada
rosa que encontró su dueño. // Escogida entre muchas minuciosa- / mente.
Lozanos muslos, ansias, boca, / y no la mires más que así es mi rosa".
Fuente: Texto de biografía extraído de www.mcnbiografías.com
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