Los daños ocasionados por El Niño Costero pudieron ser menores

 

 La carretera que une a Contumazá con los distritos de Guzmango y San Benito fue destrozada por las lluvias y huaicos. En consecuencia, muchos pueblos quedaron aislados y desabastecidos de productos de primera necesidad.

De igual manera la vía Contumazá-Chilete, fue bloqueada por deslizamientos de los cerros y se convirtió en un constante peligro para las personas que con urgencia tenían que viajar a la costa o a otras ciudades de la región Cajamarca.

"EL lugar turístico denominado Las Botijas, estuvo a punto de ser arrasado por un huaico. Se debe tomar medidas de prevención al respecto",advirtió el destacado director, Lucio Alva León.

Escribe: Profesor Lucio Alva León (*).

El fenómeno de El Niño Costero ha revelado la improvisación y la falta de liderazgo de la mayoría de las autoridades políticas que fueron elegidas con el voto popular para trabajar por los intereses de la población. Pero también ha dejado al descubierto su incapacidad para invertir el dinero que el Estado les asignó para que ejecuten obras de prevención ante el anunciado fenómeno de El Niño.

En la provincia de Contumazá los alcaldes han hecho lo que han podido -cada uno por su lado-, quizás por la falta de un Plan Nacional para enfrentar en forma unitaria y organizada -junto al pueblo- los embates de la naturaleza.

En nuestra provincia las lluvias han sido constantes y torrenciales, quizás las más fuertes de la región Cajamarca, de tal manera que malograron las principales carreteras que integran a Contumazá con sus distritos.

En consecuencia la mayoría de los caseríos, centros poblados y distritos de la parte alta de esta provincia, quedaron aislados y sus pobladores han padecido por la falta de productos de primera necesidad que fueron encarecidos -al igual que los pasajes- por gente inescrupulosa que hizo su agosto ante la desgracia de las comunidades damnificadas.

Los distritos de Guzmango y San Benito han sido los más afectados, pues la carretera que los une con nuestra provincia y con Trujillo estuvo bloqueada y abandonada durante un considerable tiempo, en diferentes tramos, debido a los derrumbes de los cerros.

Asimismo, la vía que utilizamos para ir a Chilete también fue malograda por deslizamientos de los cerros y originó serias dificultades para movilizarnos hacia la costa o a otras ciudades de la región Cajamarca.

Y, en el distrito de Yonán, la carretera que va de Tembladera a Ciudad de Dios se convirtió en una trampa mortal que dejó muertos y heridos por accidentes de tránsito, debido a sus curvas cerradas y derrumbes en el tramo que cubre la represa del Gallito Ciego.   

También fueron afectadas viviendas, instituciones educativas, postas médicas. Y el río Jequetepeque arrasó con muchas hectáreas de siembra de arroz.

Las pérdidas a nivel provincial son cuantiosas, pero pudieron ser menores si es que el pueblo y las autoridades, juntos, hubiésemos realizado tareas coordinadas de prevención y auxilio en bien de nuestras comunidades.

Esperamos que esta se desgracia nacional sirva para que nuestras autoridades reflexionen y corrijan sus errores. Se puede reconstruir el país en base a honestidad y trabajo, sin dejar de lado a la población civil organizada.

(*) Director del colegio emblemático “Abel Alva” de Contumazá.