Estamos
tan acostumbrados a lo novedoso e innovador que no miramos al pasado y la
inteligencia natural donde se esconden muchas de las soluciones a los problemas
de la actualidad.
Lima
atraviesa una problemática sequía que amenaza con endurecer aún más las
restricciones al consumo de agua. Los técnicos de la capital de Perú han
encontrado una solución inesperada para mantener el suministro de agua:
recuperar las amunas, una técnica de irrigación anterior incluso a los Incas.
El
problema de Lima es el mismo que el de muchas otras ciudades ubicadas en zonas
muy secas. En este caso, y a pesar de una elevada humedad ambiental, la ciudad
tiene un microclima con muy pocas precipitaciones al año. La época seca suele
durar en torno a siete meses. Tras un año especialmente poco generoso en
lluvias, los habitantes de la capital peruana enfrentan restricciones para
alargar al máximo las reservas existentes.
Una
de las soluciones que se barajaba era construir una nueva planta desalinizadora
para extraer agua potable del mar, pero se trata de un proyecto caro y cuya
construcción llevaría demasiado tiempo. En su lugar, técnicos de la compañía de
agua Sedapal han decidido invertir en conservar los antiguos Amunas construidos
por la cultura Wari, que desarrolló todo un imperio anterior a los Incas entre
el 550 y el 900 después de Cristo.
Hoy
puede parecernos simple, pero los Amunas eran una tecnología muy avanzada para
la época. Se trata de canales que forman parte de un complejo sistema de
irrigación que recorría lugares específicos de la cordillera de los andes
recogiendo agua de lluvia. En lugar de almacenar esta agua en depósitos, los
Wari hicieron confluir estos canales hacia las zonas donde están los acuíferos
subterráneos que dan origen a los ríos de esta parte del mundo. El agua se
vertía en esas zonas y se filtraba en el suelo, alimentando el acuífero de
manera natural e incrementando la reserva del río durante la estación seca.
De
momento, los investigadores están estudiando los amunas para saber exactamente
donde va a parar el agua que vierten. La idea es invertir 23 millones de
dólares en recuperar cincuenta de estas antiguas canalizaciones de casi 1.500
años.
Según
las estimaciones, recuperar los amunas permitirá incrementar las reservas de
agua de Lima en un 60%. Un reciente estudio publicado en el Quinto Foro Mundial
de los Bosques, celebrado en octubre del año pasado en Pekín, también sugiere
que la medida podría ayudar a evitar las ocasionales inundaciones que se
producen durante la época de lluvias. Los Wari parecían saber muy bien lo que
se hacían con estos canales aparentemente primitivos, pero muy ingeniosos.
(Tomado de Diarioecología.com)
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