A 40 kilómetros de la ciudad de Cajamarca se encuentra la
mina de oro más grande de Sudamérica (ya saben a cual me refiero). Esta minera
cuenta con dos diques, uno en el Río Grande y otro en el Río Rejo, los cuales
fueron construidos originalmente para controlar los sedimentos producidos por
los relaves de la mina. Actualmente, los diques sirven como reservorios de agua
para las temporadas secas, permitiendo regar los campos de cultivo de la zona.
Existen evidencias [aquí y aquí] de que los ríos cercanos a
la mina —que, a su vez, son afluentes de otros ríos más importantes como el
Jequetepeque— presentan niveles elevados de ciertos metales pesados como el
cadmio (Cd), arsénico (As) y plomo (Pb), los cuales podrían acumularse en los
productos alimenticios de la zona y poner en riesgo la salud de los pobladores.
El problema es que nadie ha estimado ese riesgo.
Fue así que un grupo de investigadores de la Universidad de
Barcelona (España) y la Universidad Nacional de Cajamarca, liderados por la
Dra. Marta Barenys, fueron en busca de la información necesaria para poder
estimarlo.
El primer paso fue determinar cuál era la dieta básica de
estas personas. Este es un dato muy importante porque en función a lo que comen
uno puede estimar el riesgo de estar expuestos a determinados compuestos
tóxicos. No es lo mismo la dieta de un amazónico (rica en pescado) que de un
andino (rica en granos y tubérculos). Los peces acumulan más mercurio que las
papas, por lo que los amazónicos estarán más expuestos a este elemento
dependiendo del nivel de contaminación de los ríos.
Los investigadores seleccionaron once comunidades ubicadas
entre la mina y la ciudad de Cajamarca [ver los puntos negros (•) en la
figura]. En cada comunidad entrevistaron a unos cuantos pobladores con el fin
de determinar detalladamente qué es lo que comían y en qué cantidades. Incluso
calcularon la proporción de cada ingrediente —a partir de las recetas locales—
para determinar su contribución en la dieta total.
Zonas de muestreo. Puntos negros: Encuestas sobre dieta.
Puntos blancos: Colecta de muestras alimenticias.
Zonas de muestreo. Puntos negros (•): Encuestas sobre dieta.
Puntos blancos (ο): Colecta de muestras de agua y alimentos.
En total se entrevistaron a 36 individuos (28 hombres y 8
mujeres). El bajo número de encuestados —especialmente de mujeres— se debe a la
desconfianza de los pobladores hacia los investigadores y porque son los
hombres quienes actúan como mediadores entre la familia o la comunidad con el
mundo exterior.
El siguiente paso fue colectar muestras de agua y alimentos
en cuatro puntos diferentes [ver los puntos blancos (ο) del mapa], de acuerdo a
la composición de la dieta básica de los pobladores locales [ver la Tabla]. Para
aquellos productos que no son propios de la zona, por ejemplo, el arroz y
ciertos vegetales, las muestras fueron colectadas de un mercado de la ciudad de
Cajamarca. Un total de 145 muestras (130 de alimentos y 15 de agua) fueron
enviadas al laboratorio de toxicología de la Universidad de Barcelona para su
análisis.
Una vez determinada la concentración de metales pesados en
las muestras de agua y alimentos, y de acuerdo a la cantidad consumida de estos
productos en gramos por día [ver la tabla], Barenys y su equipo observaron que
los niveles de cadmio, arsénico y plomo que ingerían los pobladores locales
diariamente excedían los límites establecidos por la Autoridad Europea de
Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los resultados
fueron publicados la semana pasada en Food and Chemical Toxicology.
La principal fuente de arsénico fue el agua y el arroz
alcanzando niveles de consumo diario promedio de 0,5 μg/Kg, cuando la EFSA
establece que entre 0,3 y 8 μg/Kg hay riesgo de lesiones de piel y cáncer en
humanos. También se determinó que las poblaciones que viven más cerca de la
mina están más expuestas al arsénico a través del agua.
Respecto al cadmio, los principales contribuidores son las
papas y el arroz. Los investigadores estimaron un consumo diario de 0,36 a 0,42
μg/Kg, cuando el límite establecido es de 0,35 μg/Kg diarios (2,5 μg/Kg por
semana, según la EFSA). En este caso, no hay diferencia si la población se
encuentra más cerca o lejos de la mina ya que el arroz se compra en el mercado
de la cuidad de Cajamarca. Los investigadores no lograron determinar de dónde
viene el arroz, aunque lo más probable es que sea del valle del Río
Jequetepeque, que está más cerca de la zona. Respecto a la papa, el tubérculo
es producido en la misma zona por lo que la presencia de cadmio se puede deber
al agua con la que se riega.
En cuanto al plomo, la principal fuente de exposición fue el
agua, por lo que las poblaciones más cercanas a la mina presentaron niveles de
consumo diario mayores —de 1,5 a 1,9 μg/Kg. Según la EFSA, los niveles
superiores a 0,63 μg/Kg y 1,5 μg/Kg diarios aumenta el riesgo de toxicidad
renal y problemas cardiovasculares, respectivamente.
Si bien es cierto el número de participantes que formaron
parte del estudio no es muy grande y estuvo compuesto principalmente por
varones jóvenes (de 12 a 17 años), los resultados son importantes para poder
establecer medidas que permitan reducir el riesgo al que están expuestos las
comunidades rurales que habitan cerca a las instalaciones mineras.
También es importante establecer normas, estándares o niveles
máximos permisibles de metales pesados en el agua basados en evidencias y de
acuerdo a los patrones alimenticios y la dieta de cada región, porque dependerá
de ella el nivel de exposición a determinados compuestos nocivos para la salud.
Por más formal que sea una mina, es muy difícil controlar el
impacto que genera sobre el ambiente, los ecosistemas y las comunidades que
viven cerca a sus instalaciones. La idea es reducir esos impactos, a través del
cumplimiento de normas y estándares internacionales, para poder maximizar los
beneficios.
Referencia:
Barenys, M., et al. Heavy metal and metalloids intake
risk assessment in the diet of a rural population living near a gold mine in
the Peruvian Andes (Cajamarca). Food Chem. Toxicol.
(2014), DOI: 10.1016/j.fct.2014.06.018
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